¿Cuánto talento perdemos en marketing (y en las empresas) cuando descartamos a alguien por tener más de 50?
- BYTHEWEB
- 30 sept
- 1 Min. de lectura
Escucho seguido:
“Ya soy grande para conseguir trabajo.”
No lo acepto.
No lo comparto.
No lo entiendo.
Y mucho menos me parece estratégico desde el lado de quienes contratan.
Porque cada vez que una empresa rechaza a alguien por la edad, no está “filtrando candidatos”.
Está dejando afuera a una generación entera de resiliencia, ingenio y sentido común.
La generación que más cambios atravesó en menos tiempo.
La que pasó de escribir cartas a usar Zoom.
De rebobinar cassettes con un lápiz a manejar un CRM.
De la tiza y el pizarrón al SEO, al SEM y al inbound marketing.

Son los que aprendieron a adaptarse una y otra vez, sin manuales, sin Google y sin WiFi.
Los que crecieron leyendo emociones en un gesto y no en un emoji.
Los que construyeron los cimientos de la comunicación que hoy usamos como si siempre hubiera estado ahí.
A los 50, 60 o más, siguen liderando equipos, emprendiendo, innovando y cuidando generaciones.
Siguen resolviendo lo complejo con calma y criterio.
Siguen demostrando que el verdadero diferencial no está en la velocidad, sino en la experiencia.
Entonces, ¿alguien va a decirles que “ya están grandes”?
No tiene sentido.
En marketing (y en cualquier negocio), descartar +50 es perder criterio, templanza, perspectiva y sabiduría práctica.
Justo lo que más hace falta en un mercado saturado de velocidad, métricas y modas pasajeras.
Porque de ellos no solo se hereda memoria.
Se hereda visión estratégica.
Se hereda una forma de ver el mundo que ningún algoritmo reemplaza.
Si no los querés en tu equipo porque “ya están grandes”, el problema no es su edad.
Es tu visión.
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